Los amantes de la música romántica latina podrán darse un banquete este viernes, 8 de julio, en el Club La Scala, de Brickell, ya que se presentarán dos grandes exponentes de ese estilo, Alvaro Torres y Américo. Del cantautor salvadoreño se conoce de manera sobrada localmente porque radica en Miami desde hace décadas y actúa aquí con frecuencia, pero del intérprete chileno, bautizado como “El rey de la cumbia”, se sabe menos. Américo lleva 15 años de carrera de alto nivel y es figura en buena parte de Latinoamérica. Ahora busca afianzarse entre los hispanos de Estados Unidos, tanto es así que en La Scala da los toques finales a la gira “Américo en América”, que lo llevó a Nueva York y Washington, entre otros puntos. El 10 de julio pondrá el broche en Tampa.
“Vivo en un avión”, bromea, en entrevista con el Nuevo Herald, mantenida en una cafetería del centro comercial Doral City Place. Con sus canciones, clásicos de la cumbia sentimental como “Que levante la mano”, “A morir”, y “Te vas”, Américo no para de viajar; en sus conciertos causa fervor, pero fuera del escenario es sereno. “Uno es consciente de cómo le llega a la gente, provocándole emoción, tocando sus corazones”, afirma. “Soy un artista de cumbia muy romántica, para bailar, sentir, dedicar”, se define. El artista tiene residencia en Miami desde el 2018, pero lo de que vive en un avión no está tan alejado de la realidad. “Me gustaría que me conozcan más aquí”, destaca.
“No me da pereza tratar de conquistar a Estados Unidos y otros mercados atractivos a los que no he llegado con fuerza aún; es un lindo desafío que enfrento con la tranquilidad de contar con una base de experiencia”, elabora. Las credenciales de Américo incluyen el triunfo en varias ediciones del Festival de Viña del Mar; más los duetos que ha hecho con otros consagrados como el colombiano Silvestre Dangond, y el grupo mexicano Los Ángeles Azules, junto al que viene de efectuar cinco conciertos en el estadio Luna Park, de Buenos Aires.
Américo proviene del norte de la delgada y extensa geografía chilena, de la ciudad de Arica, casi limítrofe con Perú. Su nombre real es Domingo Johnny Vega y nació el 24 de diciembre de 1977. Es el menor de los ocho hijos de un cantante llamado Melvin “Corazón” Américo, de quien tomó su apelativo artístico. Al influjo del padre, Américo comenzó a subir a los escenarios a los 7 años de edad y dos años después grabó su primera canción. El artista atesora a sus ancestros y también a sus herederos: tiene cuatro hijos y ni más ni menos que tres nietas. Los nombres de varios de ellos lucen en sus tatuados brazos, en los que también hay alusiones a otros seres queridos y a su fe religiosa.
A Américo no le amilana el hecho de venir de un país del que no han salido grandes exponentes de la cumbia internacional. “Todos los artistas, del origen que seamos, tenemos algo que compartir y tenemos el permiso para entregarnos a distintos estilos musicales”, reflexiona. “Y aunque no tengamos el flow de los caribeños para la música tropical, los chilenos somos parte de Latinoamérica y por nuestra sangre también corre el ritmo”, agrega. El artista se despide contando que en el show de La Scala interpretará algunos temas de su disco nuevo, “Cumbia despechada”, que está disponible en las plataformas digitales. Para más información sobre el espectáculo se puede entrar a www.1234ticket.com o llamar al 786-803-8194.